lunes, 3 de septiembre de 2012

Los diarios de Burdeos (Francia) , se hacen eco de esta noticia : "Una vez al mes desde hace seis meses , aparece un nuevo cadáver en el río. Las víctimas son jóvenes y al parecer estudiantes. Muchos de los lugares de ocio de esta ciudad están próximos al río , asñi que se baraja la posibilidad de que puedan caer borrachos en mitad de la noche o de que haya alguien que los "empuje" a ello ".

Esta es mi versión de los hechos :


Ya he hecho mía esta esquina
Me gusta fumar un cigarrillo mientras observo sombras  que desfilan orilla río. Escojo una. Me detengo en sus tacones. Sus sonidos resuena en mi noche .Copio sus pasos. Me gusta su ritmo, como airea su falda con cada latido de sus pies. Parece la dueña de este río, que la observa paciente, risueño de la soberbia con que lo mira, como hace con todas las cosas.
También fuma, cofundo todos sus  aromas: su piel, su perfume y su humo, sabiendo que nada de esto será mío.
Le pido fuego con mi torpe francés. Se detienen , no solo sus pasos , el resto del mundo y su sonido , que para para escuchar únicamente el suyo : un suave jadeo , el roce de su falda con la bruma de esta noche , un giro inesperado que levanta el vuelo de sus lunares para dejarme ver aquel rostro .
Susurra …pardon?  Su última palabra


Amorbell

1 comentario:

  1. Mi versión es más pragmática, menos poética y bastante inquietante...pero es historia. Ahí va :

    YA PASÓ HACE 664 AÑOS…¿SERÁ OTRA CONJUNCIÓN PLANETARIA?...¿O EL PRINCIPIO DE “OTRA PLAGA”…?
    En agosto de 1348, la princesa Joan, hija de Eduardo III, rey de Inglaterra, desembarcó en Burdeos, posesión inglesa, y se hospedó en el palacio real, el Château de l'Ombrière, a orillas del río Gironda.
    Joan va camino de España a casarse con el príncipe Pedro. El matrimonio sellará una gran alianza entre los Plantagenet, que regían Inglaterra, Escocia y parte de Francia, y los Borgoña, que regían Castilla, León, Galicia y la región borgoñesa. La mirada de Eduardo III está en el trono de Francia, por lo que un emisario especial procurará un tratado que asegure ese trono para la descendencia de la princesa.
    Pero Joan no llega a España ni se casa con Pedro ni entrega los regalos, porque el 1 de septiembre cae postrada con dolores en los ganglios, y el 2 muere sin remedio. De hecho, casi nadie de su séquito asiste nunca más a una boda, pues en las siguientes semanas mueren también. El emisario regresó penosamente a Londres para dar al rey Eduardo la infausta noticia de que su hija y su séquito habían sido víctimas de la peste bubónica, pero la plaga se le había adelantado y mataba por miles a los ingleses.
    En vez de boda, lo que siguió fue prender fuego a l'Ombrière, abandonar Burdeos y arrojar al río los cientos de cadáveres que se apilaban. En vez de una alianza entre España e Inglaterra, tratado y trono de Francia, lo que siguió fue la Guerra de los Cien Años.
    La plaga invadió toda Europa: de Venecia a Lisboa, de París a Estocolmo, de Moscú a Edimburgo. En tres años mató a más de 20 millones de personas -un tercio de la población-. Geoffrey Chaucer, en Los cuentos de Canterbury, y Giovanni Boccaccio, en El decamerón, describirán los horrores vividos.
    El impacto fue tal que el rey Felipe VI de Francia pidió a La Sorbona esclarecer las causas del terrible mal. El dictamen ‘científico' sentenció que la epidemia se debió a la conjunción de Marte, Júpiter y Saturno en el grado 40 de Acuario.

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